Cada vez es más frecuente encontrar zonas de cardioprotección en todos las áreas públicas. La escuela no puede quedarse fuera.
A pesar de que siempre se asocia el infarto con personas mayores y se considera que los sistemas de cardioprotección deben estar en su ámbito más cercano, lo cierto es que los centros escolares están llenos de adultos que pueden necesitar esta atención de urgencia. Profesores, personal de administración, servicio de limpieza y mantenimiento y los propios padres y abuelos que acompañan y recogen a los niños hasta el colegio. Tener un desfibrilador cerca puede salvarnos la vida.
En España fallecen al día unas 100 personas por infarto. En la mayoría de los casos se podría evitar con un masaje cardíaco y el uso de un desfibrilador. La probabilidad de sobrevivir aumenta un 90% si se atiende al afectado en los dos primeros minutos.