Congreso Smart City 2016

octubre 24 2016
GRUPO CHAPÍN A LA VANGUARDIA DE LA SEGURIDAD VIAL EUROPEA

Congreso ‘Smart City 2016’

La pasada semana, más de 105 países de todo el mundo se reunieron en el congreso Smart City 2016 celebrado en Yinchuan, una ciudad casi desconocida situada al norte de China que busca liderar este proyecto en el gran país asiático, y organizado por TM Forum. En él, forman parte los países que están dentro del movimiento de las Smart Cities que tienen todos ellos  ideas sostenibles, eficientes y tecnológicas y que comparten un mismo objetivo: buscar otro modelo de ciudad. Una ciudad que no desperdicie recursos, que aproveche al máximo la tecnología y que tenga presente que hay que adaptarse al futuro que ya está cambiando todo.

El concepto de ciudad inteligente se pierde muchas veces en su transversalidad. ¿Cómo y cuándo se puede definir a una ciudad como inteligente? Ante las miles de opciones posibles, la cumbre de Yinchuan ha buscado centrar el debate en un nuevo aspecto: ¿qué necesitan los residentes de una ciudad inteligente? Con este punto de partida, más de 60 ponentes han desgranado algunas de las ideas que triunfan en sus urbes para inspirar al resto del planeta. Van desde ahorrar en las facturas, potenciar transportes públicos más rápidos, crear aplicaciones para hacer todos los trámites oficiales desde el móvil hasta ofrecer datos abiertos para la creación de empresas.

Una prioridad, llegar antes al trabajo y sin contaminar.

Mejorar el tráfico de las ciudades es el eterno problema pendiente. Apostar por el transporte público, reducir las emisiones de los coches particulares y favorecer a los ciclistas son los tres pivotes del mismo reto. Como ejemplo de gran ciudad, está New York, que como solución, van a apostar por los autobuses, que van a ser todos eléctricos. En 2014 ya se terminó de instalar un GPS en todos los buses de la flota, de manera que los usuarios pudieran consultar en una app el recorrido y la llegada del autobús. Incluso, era posible recibir un mensaje cuando el autobús se estuviera aproximando. Pero, el proyecto ha avanzado todavía más con la colocación de sensores también en los semáforos. Así, el objetivo es que los buses alerten automáticamente a los semáforos de cuándo se están acercando para que el verde se alargue o se anticipe. Esto sirve para priorizar su paso en las intersecciones y está permitiendo reducir el tiempo de viaje en bus alrededor de un 20%, lo que ayuda a potenciar el uso del transporte público. 

La decisión de Nueva York no es única. En Copenhague ya se implantaron luces inteligentes en 380 semáforos para que priorizaran el tránsito de buses y bicicletas sobre los coches en las intersecciones. Se esperaban reducir el tiempo de viaje entre un 5 y un 20% para los usuarios del autobús y un 10% para los ciclistas. En otras ciudades como Sydney (Australia) o Curitiba (Brasil) también se han instalado sensores en los autobuses para comunicarse con los semáforos inteligentes y garantizar un tráfico más fluido y rápido.

Por lo tanto, esperemos que este tipo de iniciativas se vayan implantando cada vez más en más ciudades, y se apueste de verdad por un transporte público no contaminante.

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