Un territorio camino de la desertificación
Suelos pobres en nutrientes, laderas escarpadas, clima semiárido, sequía estacional, extrema variabilidad de lluvias y fenómenos como la gota fría son características propias de varias zonas españolas. Si a estos factores, además, le sumamos los incendios forestales que asolan nuestro país, el sobrepastoreo, la excesiva explotación de los acuíferos y el abandono de tierras agrícolas tenemos el cóctel que convierte a España en un territorio camino de la desertificación.
La ONU, que celebra el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación el 17 de junio, define la desertificación como «la degradación de la tierra en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas resultante de varios factores, incluyendo variaciones climáticas y las actividades humanas». Supone un complejo proceso que afecta al suelo, la vegetación y la fauna y que resulta en una disminución de la fertilidad del terreno, reduciéndose la capacidad productiva de los ecosistemas.
Y no es un problema que al que haya que restarle importancia, porque en España, un 75% del territorio se encuentra en zonas susceptibles de sufrir desertificación, y un 20% ya lo ha hecho, y el cambio climático sólo agrava esta situación, porque al haber menos disponibilidad de agua por el aumento de temperaturas, será mayor la aridez y la erosión, por lo que se reducirá la productividad agrícola.
Es probable que disminuyan la extensión de las tierras cultivables, la duración de las temporadas de cultivo y el rendimiento potencial de muchas zonas
Las consecuencias de la desertificación plantean una grave cuestión de seguridad alimentaria, no solo en España, sino a nivel internacional, ya que dado el aumento demográfico previsto en todo el mundo para 2050, será necesario incrementar la producción en un 75% para abastecer esa población, lo que supone destinar mucho terreno a cultivo, exactamente el 60% de los terrenos agrícolas de todo el planeta están degradados. Si se recuperasen 500 millones de hectáreas, sería posible asegurar el alimento a nivel global