Movilidad urbana
La movilidad urbana, consustancial con cualquier actividad humana, adquiere una gran complejidad en el ámbito urbano, donde vive el 60% de la población y se genera el 85% del PIB, y para planificar la demanda de la misma, habrá que tener en cuenta el crecimiento de la demanda virtual, que cada vez es más utilizada, como son el teletrabajo, las compras y las gestiones online.
Crecimiento de la ciudad
Las ciudades, entre otras razones por el “boom” del ladrillo, crecieron en un 20% en extensión cuando la población, en ese mismo tiempo, aumentó un 6%. En definitiva, se planificó más en extensión que en altura, complicándose así la movilidad urbana. Y por este motivo, es imprescindible el transporte colectivo como indispensable, porque los coches, ni siquiera tendrán cabida en las ciudades en el futuro inmediato.
Vamos a analizar una de las razones principales por la que utilizar el trasnporte colectivo en vez de el individual, el coste. El coste por viajero transportado, son notablemente superiores en el coche con respecto al autobús, 5 veces más energéticamente y 20 veces más medioambientalmente, cifras que hacen inviable el automóvil como única solución y convierten al transporte colectivo en alternativa indispensable.
La elección de un modo u otro (coche, bus o metro) está muy condicionada por la calidad ofrecida, evaluada por el tiempo de viaje, la regularidad y la frecuencia sin descuidar el confort, variables en las que el atasco tiene un peso decisivo ya que alarga el tiempo de viaje urbano alrededor de un 30%.
El atasco ralentiza la velocidad media, consume energía inútilmente y contribuye a la mayor contaminación. Es el gran desafío de las ciudades del siglo XXI. Tanto es así que, en encuestas realizadas en la U.E., un 60% de los ciudadanos muestran su preocupación por el tráfico.
En este escenario, el transporte urbano colectivo juega un papel esencial en la medida en que participa en el cumplimiento de tres objetivos básicos: el económico, por su contribución al desarrollo y la competitividad de la ciudad; el ambiental, por su impacto en la salud y, finalmente, el social favoreciendo la vertebración del territorio y la distribución de la renta.
Así que pensemos todos en utilizar mejor el trasnporte colectivo en vez de uno individual, o si fuera posible, consienciar a las empresas para cambiar la forma de trabajar y si es posible, empezar a hacerlo desde casa.