Moverse en transporte público para ir al puesto de trabajo es el modo más sano y aporta ahorros de tiempo y economía, es más ecológico y permite a los empleados relajarse antes y después de su jornada.
Según un estudio de la comunidad laboral Trabajando.com, el 39% de los españoles usan el transporte público para ir a trabajar, el 45% lo hace en coche y el reto opta por ir andando (12%) o en bicicleta (4%).
Up SPAIN, empresa experta en cheques de servicios para empresas, apunta en un estudio que desde el punto de vista médico, quienes dejan el coche en casa cuando van a trabajar tienen menos riesgo de hipertensión arterial, diabetes o sobrepeso entre otras muchas afecciones, como la adicción al tabaco por el estrés que conduce la propia conducción en un atasco permanente.
Esto enlaza directamente con el bolsillo del trabajador. Estar retenido entre miles de coches cada día es muy costoso en gasolina, y hay que sumar el coste del vehículo, impuestos, seguros, aparcamientos, mantenimiento… Y el valor del propio tiempo que se le dedica.
En un tipo de vida donde queda poco tiempo para el ocio, el transporte colectivo es un buen lugar para desconectar y poder leer, escucha música o hablar con los compañeros si se trata de un autocar de ruta de empresa.