El concepto de “padre taxi” es un error porque se educa a los menores para ser pasivos y no poder valerse por sí mismos.
Según la psicóloga alemana Jessica Westman, de la Universidad de Karlstad, existe ya una generación de niños que tienen el síndrome del “asiento de atrás”. La experta indica que es mejor para su formación ir caminando o en transporte colectivo al colegio, porque les obliga a tomar decisiones propias e interactuar con otras personas. Esa actitud se mantiene durante todo el día, mientras que los niños que llegan en el coche de su padre a clase, permanecen más pasivos y acaban teniendo menos confianza en sí mismos.
Su estudio también afirma que cuando un padre cree que su hijo no podrá ir sólo a clase porque el trayecto es complicado, está en realidad proyectando sus propios miedos y no los del niño. Eso transmite mucha inseguridad a los menores e incluso baja sus niveles de alerta en situaciones de riesgo porque están menos capacitados para detectar las señales de peligro que hay en el entorno. Así, en lugar de protegerles, se les hace más vulnerables.