A los niños les gusta la fruta, pero no lo saben.
Para el correcto desarrollo de su cuerpo y la prevención de enfermedades en la etapa adulta, los niños deben comer fruta aunque a veces les provoque cierto rechazo. Hay trucos.
El otoño es una época ideal para que los niños se inicien. La fruta por excelencia de la temporada es la naranja, que podemos disfrutar hasta el mes de abril.
La naranja ayuda a prevenir catarros y aporta la importante vitamina C.
Para aquellos niños a los que no les gusta comerla en su estado natural, el zumo es el gran aliado. En este formato, no hay pequeño que se resista a la naranja.
Y quizá por su tamaño o por su facilidad para poder comerla, la mandarina es otra buena opción para los niños.
El plátano tiene su mejor momento en otoño, igual que la piña, a pesar de que ambos pueden conseguirse todo el año. El potasio del plátano es muy recomendable y, además, es tan fácil de pelar y tan dulce… Ideal para los niños.
De agosto a noviembre pueden también disfrutar de la Pera, muy rica en vitaminas C y E y en fibra. Si bien su textura no suele ser del agrado de los más pequeños, se puede utilizar en postres y así les encantará.
Lo mismo ocurre con las uvas, que pueden ser el toque dulce de cualquier plato caliente.
Truquitos
Además de hacer zumos y usar la fruta en postres y otros platos, hay consejos útiles para que los niños se acerquen a la fruta y la disfruten:
No se les debe obligar a comerla sino invitarles a que lo hagan como algo divertido y delicioso.
Debe entrarles por los ojos. A los espectaculares colores de la fruta habrá que añadir creatividad al cortarla, para que les parezca un juego comer fruta.
Que los niños ayuden en la cocina, además de educativo es muy beneficioso para que pierdan el miedo a muchas comidas y productos, entre ellos la fruta.
Y, lo más importante… Deben ver a los padres comer fruta también. Que sea un hábito natural, no una comida que tiene que comer por obligación mientras los adultos se libran. ¡Hay que dar ejemplo!