El conocido como síndrome postvacacional, la dificultad para volver a adaptarnos a la rutina tras un tiempo de largo descanso, también lo sufren los pequeños al incorporarse a sus clases diarias.
Las personas más propensas a sufrir este malestar son los mayores en edad laboral y, aunque poco frecuente en los menores, también empieza a implantarse en los centros escolares. En estos casos hay que estar muy pendiente del niño porque detrás podría esconderse algún caso de acoso escolar que provoca el miedo a la vuelta al cole.
Se manifiesta con cansancio, dolores muscularse, dificultad para concentrarse o conciliar el sueño, falta de apetito e incluso síntomas psíquicos como desgana, nervios, tristeza…
Entre los consejos más habituales para remediar este síndrome podemos destacar el pensamiento en positivo. En el caso de los niños, hacerles visualizar todo lo bueno de volver a clase con sus compañeros y profesores.
También es importante adaptarse de manera progresiva a la nueva rutina, poco a poco. Es desaconsejable regresar de vacaciones el día anterior al del inicio de las clases. Pero incluso más importante es buscar una actividad o excursión divertida que se pueda combinar con las clases para que el inicio del curso sea más amable.