Las mascotas ayudan a los peques de la casa a evolucionar física y emocionalmente. Muchos pediatras afirman que la convivencia con animales de compañía ayuda al desarrollo de los menores.
Desde el punto de vista físico, tener mascota permite a los niños pequeños mejorar su sistema inmunológico e incluso prevenir el desarrollo de futuras alergias. Además, jugar con ellos les permite estar alejados de actividades sedentarias frente al ordenador o la televisión.
Si nos centramos en el mundo afectivo, los niños que tienen animales domésticos, se manifiestan como más cariñosos, sociables y empáticos con otras personas.
Socialmente, los pequeños que están en contacto con perros y gatos, principalmente, desarrollan un mayor respeto por la naturaleza y su entorno, son más responsables y trabajan mejor en equipo, al aprender a cuidar de sus mascotas junto con sus padres y hermanos, repartiendo tareas.
Otro punto importante es que los niños asimilan mejor conceptos tan abstractos tan complicados como la vida y la muerte.
Elegir bien la mascota
Los padres deben tener en cuenta que hay ciertos riesgos al jugar con animales, como mordeduras o arañazos, por ello, es necesario que las mascotas tengan todas las vacunas recomendadas y estén en perfectas condiciones de higiene. Hay que enseñar a los niños a interactuar con su animal de compañía sin llegar a molestarle y también a lavarse las manos después de jugar.
Una de las principales cuestiones es saber qué tipo de animal se ajusta más a la familia y sus hábitos o su lugar de residencia. Las mascotas no son regalos desechables, deben ser uno más en casa.