Poner límites a los niños
El poner límites a los niños, debe de ser, en primer lugar una acción consensuada con la pareja, es decir, ambos progenitores deben estar de acuerdo, y se debe informar de ellos al resto de personas que convivan con el niño o cuiden de él, para que todos los hagan cumplir, ya que no sirviría de nada si los límites no se hacen cumplir por todas las unidades de la familia que conviven a diario con los niños.
Para poner límites a los niños, así como normas de comportamiento, siempre se debe tener en cuenta el niño, es decir, sus capacidades según la edad y la situación familiar. Una vez que tenemos en cuenta esto, los trucos para poner límites a los niños serían:
- Deben ser mensajes concretos. No vale con decir “pórtate bien”, sino explicar qué conductas son esas que queremos que tenga. Necesitamos explicar primero qué significa eso de “bien”.
- Mejor en frases positivas. Los niños responden mejor a normas y límites que se expresan de forma afirmativa en lugar de negativa. En vez de decirles que ‘no chillen’, podemos pedirles que hablen en voz más baja o más tranquila.
- De forma firme y tranquila. Se debe elegir el momento adecuado para explicarles las normas por las que no están actuando conforme a lo que queremos. Es mejor hacerlo de forma tranquila, pero estableciendo un tono algo serio y no negociable.
- No ceder. Este el otro momento complicado, porque se trata de mantenerse firme en el NO ante sus peticiones, ruegos, llantos o incluso agresiones. Si hemos establecido una regla que creemos esencial y que consideramos que el niño puede cumplir, lo mantenemos pase lo que pase.
- Dar alternativas. A pesar de que no debemos ceder, sí podemos proponer alternativas a lo que pide, o incluso negociar dentro de lo que consideremos que nos parece bien o estamos dispuestos a ser flexibles, aunque siempre que lo pida bien y no haya un mal comportamiento por medio.