Lunas de los autocares

mayo 05 2016

Lunas de los autocares

Uno de los elementos imprescindibles para la seguridad activa y pasiva del vehículo son las llamadas lunas de los autocares, o cristales que aíslan a los ocupantes del exterior. A un nivel de seguridad activa, las lunas evitan que elementos como el viento, el agua, un insecto o la proyección de gravilla nos afecten de forma negativa a la conducción. Sin embargo, resulta mucho más interesante el comportamiento de las lunas como elementos de seguridad pasiva.

Su papel en este sentido es doble. De un lado, el parabrisas y la luneta forman parte de la estructura del habitáculo, de forma que las lunas colaboran al evitar aplastamientos en un vuelco. Del otro, la composición de los cristales es en sí un factor de seguridad pasiva, de manera que al romperse ocasionen los menores daños posibles a los ocupantes del vehículo.

A estos efectos, es interesante saber que el vidrio que monta un autocar, o cualquier vehículo en sus lunas delanteras son de vidrio  laminado, mientras que las ventanillas y la luneta de los vehículos montan normalmente vidrio templado, que en caso de colisión se rompe en añicos poco afilados.

Las lunas de los autocares, además de ser extraordinariamente resistente a los impactos, la característica definitiva que hace del vidrio laminado un elemento de seguridad pasiva es que al romperse no se hace añicos, sino que queda agrietado o cuarteado, de manera que difícilmente puede proyectarse hacia los ocupantes.

Así que es por este motivo por el cual se montan en los parabrisas vidrio laminado y no templado, porque es mucho más seguro tanto en pasivo como activo.

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